Las viviendas geodésicas llegan al Altiplano

Autosuficientes, integradas en la naturaleza y a un precio asequible. Una de las viviendas geodésicas ya es una realidad en Yecla,  la otra está terminándose en Jumilla.  Ambas son las primeras en la Región de Murcia y de las pocas que hay en España, abriendo un mercado que va convenciendo poco a poco a los que buscan una alternativa a la construcción tradicional, buscando algo diferente, respetuoso con el entorno, autosuficiente energéticamente y que no suponga un gran sacrificio económico.

Son viviendas  basadas en la geometría geodésica, un sistema de construcción que permite montar cúpulas de forma rápida y económica. Y su principal virtud es que no gastan más energía que la que producen por sí mismas y son sostenibles desde el punto de vista medio ambiental.

En Yecla ya hay una de estas viviendas geodésicas terminada y habitada. En Jumilla, en concreto en la sierra de la Pila, una pareja que actualmente reside en Noruega está viendo cómo la empresa Ecoproyecta está terminando la suya. En unas semanas podrán vivir en dos cúpulas geodésicas que se ha diseñado con estrategias bioclimáticas para que pueda ser autosuficiente.

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En este caso es una casa pequeña de 85 metros cuadrados para la pareja. Está organizada en una sola planta formada por dos cúpulas geodésicas, una de 8 metros de diámetro para el salón-cocina y otra de 6 metros de diámetro para el dormitorio y aseo. Un corredor conecta las dos cúpulas y sirve de vestíbulo de entrada.

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Esta casa renueva el aire a través de un pozo canadiense que además les sirve de climatizador natural. La parcela carece de suministro eléctrico, y tampoco tiene agua, por lo que la vivienda “se ha diseñado con estrategias bioclimáticas, integrando energías renovables y sistemas de depuración de agua para que pueda ser autosuficiente”, explica el arquitecto, Pablo Carbonell Alonso que nos ha enseñado el proyecto junto al constructor David Regalado, de la empresa Holtz Desingn.

En el interior, la estrategia es olvidarse de los tabiques. La calefacción se obtiene mediante dos pequeñas calderas de biomasa, una para la cúpula del salón y otra para la del dormitorio.

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Esto sumado a la obtención de agua caliente sanitaria mediante colectores solares, hace que el consumo energético de la vivienda sea mínimo, consiguiendo que sea prácticamente autosuficiente.

En apenas cuatro meses quedará terminada gracias a un sistema industrializado que ensambla los más de una treintena de triángulos que la forman.

Al igual que en el caso del proyecto en Yecla se van a usar materiales de construcción naturales y que garanticen un ambiente sano (madera en la estructura y cerramientos, celulosa natural como aislamiento térmico y mortero de cal como envolvente).

Además, aparentemente las cúpulas pueden parecer endebles, pero son capaces de soportar vientos de muy fuertes e incluso terremotos. La configuración de la madera confiere a la casa mucha rigidez sin necesidad de utilizar excesiva madera en su construcción.

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Otro de los aspectos importantes es que la casa forma parte del paisaje. La forma de las viviendas geodésicas facilita dicha integración. La vivienda se localiza en una de las terrazas superiores de la parcela, en donde se alcanzan buenas vistas y también se obtiene buen soleamiento. “La intención es modificar lo menos posible el terreno y los cultivos, por ello se elige un ensanchamiento que se produce en esta terraza en concreto, en donde hay espacio suficiente para la vivienda y terrazas exterior”, explican los responsables  de la empresa. Y por unos 50.000 euros, esta casa puede ser realidad para el que desee vivir en ella.